es categórica: “En ninguna manera” (v. 14). Dios no puede ser injusto nunca y tampoco lo es por esto. Dios ya aclaró este principio mucho antes, a Moisés, cuando le dijo: “Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca” (vv. 15, 16). El tema está planteado en términos de blanco y negro, pero nuestra mente es muy insignificante como para entender tanta grandeza de la soberana gracia de Dios. Todo depende de Dios, que tiene misericordia. Tiene misericordia
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